Después de la gran paliza que me pegué el jueves, organicé mi siguiente salida de forma muy tranquila. La idea era ir a disfrutar del día sin reventones ni madrugones, mis manos y piernas me lo agradecieron. Además, me apetecía cambiar mis cañas de fly fishing por las de spinning y casting para tentar a los diablos verdes. 

La mañana estuvo entretenida, si es verdad que no destacó por el tamaño de las capturas pero los peces que salieron me hicieron pasar un buen rato sobre todo tentándolos en superficie con paseantes. Ahora que empiezan mis vacaciones, y tengo más tiempo, tengo pendiente dedicarles más lances a mis queridos diablillos, sin olvidarme claro está de mis apreciados barbudos. 

Aprovechando que este jueves era festivo en algunas comunidades autónomas, como la mía. Planeé un viaje hacia tierras extremeñas en busca de buenos barbos. A primera hora de la mañana estaba ya con la caña preparada tentando a los bigotudos. Lo cierto que no fue tarea fácil, cosa que hace que me enamore más esta pesca. Primero fue lidiar con las nubes que no dejaban ver nada, ni con polarizadas ni sin ellas únicamente visualizando las aletas, pero........ Los barbos no estaban muy por la labor de subir a seca así que tuve que emplearme muy a fondo. Así entró el primero un muy buen barbo que peleó lo suyo.

Según fue avanzando el día se sucedieron las capturas prácticamente tenía que ponerles la mosca en los morros

Moscas de foam, cdc..... En fin, me resistía poner ninfa a sabiendas de que sería más fácil, pero prefería hacerlo más complicado y bonito. Muchas veces la desesperación de verlos, lanzarles de mil maneras y ver como seguían hociqueando pasando olímpicamente de la imitación hacia desesperarme. Me daban ganas de darles con la caña en la cabeza jejeje.

Pero la verdad, que salieron bastantes lo que me divirtió mucho a la vez que me agotó de la caminata que me pegué. Cálculo que cerca de los 20km...... Deporte y aventura.

Las previsiones volvieron a fallar. Últimamente, la aemet no está muy fina a la hora de pronosticar el viento que va a hacer. Para este domingo pronosticaba un viento como máximo de 10km/h juntó con un día plenamente soleado. Pero cuando llegué, era distinto. El viento era más fuerte haciendo muchas veces muy difícil colocar la mosca en el lugar correcto. Además, los largos periodos en los que las nubes tapaban el sol producían sombras que no dejaban ver los barbos a tiempos por lo tanto, había que buscar sus aletas. Al inicio complicado se le juntó que los barbos estaban más ninferos que a seca. Subían pero a veces la miraban y otras abrían la boca pero al instante rechazaban. Como lo odio.

Aún así, los primeros fueron saliendo con mucha paciencia y trabajo. Todos con escarabajos, hoppers o moscas de foam. Intentando llamar su atención al estilo chop. Muchos me partieron al clavar lo que me mosqueo bastante.

Por la tarde, el día fue a peor los barbos estaban mucho menos activos por las orillas y los pocos que se veían no hacían caso a la superficie.

Me imagino que dicho comportamiento se debería también al cambio de tiempo que hizo el día anterior. Pues llovió bastante y las temperaturas bajaron algo.

Los barbos ya vuelven a retomar a su hogar después de su viaje amoroso. El macho que saqué mostraba las recientes cicatrices de dicho paseo, por lo que se les debe tratar con mimo, pues son carne de cañón para los parásitos y hongos.

Distancia recorrida pescando en total: 18km

Viendo las malas previsiones de tiempo para este fin de semana, me decidí por hacerme unos kilómetros de más e ir por tierra de conquistadores. Según los meteorólogos la zona sería un oasis en el desierto de mal tiempo. Al bajarme del coche pude ya comprobar quel el viento era más fuerte de lo esperado, así que tuve que cambiar de planes e ir hacia otra zona más protegida del viento.

Una vez preparado todo empecé a andar y andar sin ver ni un sólo barbo, solamente vi una carpa, lo que me mosqueó bastante. Metros y metros de orilla hasta que por fin en una punta de poca profundidad vi unos barbetes de buen tamaño. Los observé y me decidí por el que parecía más activo cazando. Le puse la hopper Juan en su trayectoria y zas carrerón. 

Justo en la orilla de enfrente vi a otro mosquero y cual fue mi sorpresa cuando se trataba de Carlos ( creador de http://pescarlitos.blogspot.com.es) al que tuve el gusto de conocer y charlar un rato. Todo un placer conocerte Carlos.

La mañana seguía poniéndome las cosas difíciles tenía que afinar mucho. El viento no dejaba lanzar nada bien y los barbos no es que estuvieran muy activos. Aún así, pude clavar otro buen ejemplar que se paseaba alejado de la orilla y al que el plof de mi imitación en los morros le hizo despertar y subir a zamparsela.

La mañana siguió de la misma manera kilómetros recorridos y barbos recelosos. Este estaba comiendo orillado y tuve que presentarle la hippie stomper en su punto de visión y posteriormente darle un tironcito para que se abalanzara sobre ella.

Los siguientes fueron saliendo con la técnica del insectazo o plof. Costaba bastante pues mostraban mucha más actividad en el fondo. Y estoy seguro que con ninfa hubiese sacado muchos más pero la espectacularidad de ver al barbo subir a superficie merece más la pena.

Al final del día, me fui algo "picado" ya que el cansancio hizo mella y perdí la cuenta de clavadas falladas unos porque me anticipé y se lo quite de la boca y otros dos porque no me di al clavar y partí. En fín, gafes del oficio.