En esta entrada no voy a narrar una jornada entera como otras veces sino algo puntual. Todos sabemos que en esto de la pesca hay muchos factores que entran en juego y uno de ellos es la suerte. La suerte tiene un porcentaje en cada jornada que puede variar hacia la fortuna o el infortunio dependiendo de las diferentes situaciones.
Muchas veces nos hace desesperar haciendo que nos preguntemos por qué.... Pero otras veces nos gratifica con muy bonitas sorpresas.

Así fue esta bonita captura. Nos disponíamos a empezar a dar latigazos a los basses mi padre y yo. Atamos nuestros streamers y nos pusimos en posición para empezar a pescar. Al acercarme a la orilla hice el ritual que acostumbro cuando pesco con streamers. Y no es otra que lanzar el streamer a escaso un metro y darle un par de tirones fuertes para que coja agua.

Así hice. Introduje el streamer con la mano en el agua, y luego con un movimiento del codo lo lance a escaso metro y medio. En ese momento un torbellino, un lobo que estaba acechando a su presa atacó. Me cortó la respiración, fue visto y no visto, un rayo. Yo tensé y lo empecé a sentir en la caña. Se trataba de uno muy bueno, no me lo podía creer.

Mi padre alucinaba solo me decía: "que suerte tienes cabrón..." jejejej y razón no le faltaba.



La lucha fue muy bonita como suele ser habitual en los diablos verdes: muchos saltos y acrobacias, fuerza de empuje...... Pero al final doblegó...... Y esa es la historia donde  la diosa fortuna hizo su aparición.



El resto de la jornada transcurrió con mas peces que fueron saliendo, pero esta vez por nuestro trabajo mas que por la suerte, pero esa es otra historia para otra entrada del blog.