miércoles, 4 de octubre de 2017
Explorar nuevos lugares siempre conlleva cierto grado de riesgo pues nunca sabemos lo que nos podemos encontrar. Si bien hay muchas ocasiones en las que estas jornadas nos acarrean un buen bolo, otras en cambio nos recompensan gratamente. Ésta fue una de esas jornadas pero no por querer conocer sitios nuevos, ya que no era la idea inicial, sino porque por circunstancias y casualidades dimos con este lugar después cambiar de destino varias veces debido a la apatía que mostraban los peces.
Todo fue gracias a una equivocación. Queríamos ir a otro lugar pero nos colamos de salida y llegamos a la zona en cuestión. Nada mas bajarnos del coche y echar un vistazo empezamos a observar a los primeros barbos orillados y activos.
Pusimos un hopper gordo pues el día al ser bastante ventoso lo pedía y los peces como locos. Era muy divertido verles lanzarse a por la mosca cual tiburones e incluso fallar el ataque debido al oleaje.
En definitiva, una jornada productiva y un lugar al que habrá que seguir explorando.....
